En esta obra se ha buscado más la experimentación con las posibilidades de texturas en la pintura, mas que hacer una amplia gama de colores, obteniendo así diferentes texturas propias de esta técnica de encáustica. Esta técnica data de la Grecia antigua, siendo la más antigua que se conserva actualmente, se elabora a base de cera vírgen y barniz dammar que permite conservar la obra, al ser un gran antioxidante, pintar sobre casi cualquier superficie rígida (madera, metal,...) y obtener diferentes texturas tanto visuales como al tacto.
A la autora le ha parecido una técnica interesante siendo otra forma de entender la pintura experimentando más posibilidades que las básicas. Se centró en los pies de la modelo, para no estar pendiente de la representación mimética (pintar a la propia modelo) para entregarse al máximo a la experimentación mencionada.
La obra tiene unas medidas aproximadas de 80x60 cm.
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Todavía no ha sido adquirido.
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